Venezuela ha cerrado oficialmente su criptomoneda Petro.
Lanzada en 2018, la moneda digital respaldada por petróleo fue promocionada por el presidente Nicolás Maduro como una solución a los problemas económicos del país y una forma de eludir las sanciones estadounidenses. Sin embargo, Petro ha enfrentado críticas y escepticismo generalizados desde el principio, y muchos cuestionaron su legitimidad y eficacia.
El Petro se introdujo como parte de los esfuerzos de Venezuela para revolucionar su economía y restaurar la estabilidad financiera. Fue la primera criptomoneda emitida por un gobierno federal, respaldada por las vastas reservas de petróleo del país.
Petro ha luchado por ganar terreno tanto a nivel nacional como internacional. La falta de transparencia, combinada con sanciones económicas, ha obstaculizado su adopción y socavado su potencial como herramienta de liberación financiera.
La medida para eliminar Petro es indicativa de los desafíos más amplios que enfrenta la economía venezolana. El país está lidiando con la hiperinflación, una depreciación de la moneda nacional y sanciones económicas que lo han aislado de gran parte del sistema financiero global.
El gobierno aún no ha anunciado un plan claro para reemplazar a Petro o abordar los problemas subyacentes que llevaron a su fracaso.
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