Mientras tanto, en el Festival de Cine de Venecia del año pasado, el director sudanés Amjad Abu Alala ganó el premio León del Futuro, otorgado a la mejor película debut. Su obra Morirás a los veinte cuenta la historia de un chico de 19 años que vive bajo la nube de una profecía religiosa que dice que morirá cuando cumpla 20. La película es una alegoría de la vida bajo el gobierno de al-Bashir, cuando la lógica y la razón fueron derrotadas por el adoctrinamiento y la fe ciega.
A diferencia de sus compañeros realizadores de documentales, Abu Alala, que consiguió financiación europea, tuvo que contratar actores y traer equipo: la ficción simplemente no se podía hacer sin el radar con cámaras de teléfonos y otros. Pero mientras la producción logró obtener permisos para rodar la película, más tarde descubrieron que su equipo estaba retenido en la aduana, a la espera de autorización oficial. “En el último minuto, tuvimos que cambiar nuestro programa de producción”, dice Alala. «Todas nuestras luces estaban en la aduana, así que no pudimos rodar escenas interiores. Por un momento importante, esperé a que la luna llena estuviera en el cielo para disparar y tener luces».
Hubo otros problemas. Los bancos sudaneses no pueden aceptar transferencias internacionales. Los productores comenzaron a llevar dinero en bolsas en los aviones para poder pagar a la gente por la película, que costó $ 700,000 (£ 536,455). Hacer películas bajo la atenta mirada de un régimen restrictivo requiere adaptabilidad, astucia y mucha determinación.
Cómo la censura puede conducir a un gran arte
Pero, ¿debería sorprendernos el hecho de que estas nuevas películas sudanesas estén ganando gongs de festivales? Porque la historia del cine está plagada de ejemplos de directores en regímenes represivos que superaron los obstáculos para realizar un trabajo audaz y profundo.
En ningún lugar fue más evidente la astucia de los directores que en Irán. Después de la Revolución Islámica de 1979, surgió un grupo de cineastas, encabezados por Abbas Kiarostami, Mohsen Makhmalbaf, Jafar Panahi y, más recientemente, Asghar Farhadi, quienes llegaron a hacer obras maestras de fama internacional, ganando premios en los principales festivales de cine e incluso en el Oscar.
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