Lula da la bienvenida al proscrito presidente venezolano Maduro

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, visitó Brasil por primera vez desde que el expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro lo prohibió en 2019.

Maduro fue recibido por el nuevo presidente, el también izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, antes de una cumbre de líderes latinoamericanos en Brasilia.

“Lo importante de que Maduro venga aquí es que es el comienzo del regreso de Maduro”, dijo Lula.

Maduro ha hablado de una «nueva era» en las relaciones bilaterales.

Lula dijo que la región debe luchar contra la pobreza.

Varios países cuestionan la legitimidad de Maduro, descrito por los opositores como un dictador.

Al despedirse de su anfitrión en la capital brasileña el lunes, Lula dijo que su regreso se había producido cinco meses antes, refiriéndose al momento en que recuperó el poder tras vencer a Bolsonaro en una reñida elección presidencial.

Maduro dijo que Venezuela estaba abierta a los inversores brasileños y enfatizó que los dos países «deben estar unidos, desde ahora y siempre».

Desde que Maduro fue elegido en 2013, se ha vuelto cada vez más autoritario.

Su represión contra los activistas de la oposición finalmente llevó a Estados Unidos a imponer sanciones a su gobierno y reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino en 2019 después de unas elecciones disputadas.

En diciembre pasado, la opositora Asamblea Nacional de Venezuela votó a favor de disolver su gobierno paralelo y derrocar a Guaidó.

Fue reconocido por muchos países occidentales, incluido Estados Unidos, pero no logró derrocar al presidente de izquierda.

La votación mostró cuántos políticos de la oposición en Venezuela habían perdido la fe en Guaidó.

La asamblea también votó para nombrar una comisión para gobernar los activos extranjeros del país, buscando un frente unido antes de las elecciones programadas para 2024.

La larga crisis política y humanitaria de Venezuela ha provocado que unos siete millones de personas huyan del país desde 2015.

Venezuela ha estado atrapada en una espiral descendente durante años con un creciente descontento político alimentado aún más por la hiperinflación vertiginosa, los cortes de energía y la escasez de alimentos y medicamentos.