El Universo está lleno de campos magnéticos. Aunque el Universo es eléctricamente neutro, los átomos pueden ionizarse en núcleos cargados positivamente y electrones cargados negativamente.
Cuando estas cargas se aceleran, crean campos magnéticos. Una de las fuentes más comunes de campos magnéticos a gran escala proviene de las colisiones entre y dentro del plasma interestelar. Esta es una fuente importante de campos magnéticos para campos magnéticos a escala galáctica.
Pero los campos magnéticos también deberían existir en escalas aún mayores. En la escala más grande del cosmos, la materia se distribuye en una estructura conocida como red cósmica. Grandes supercúmulos de galaxias están separados por vacíos estériles, como grumos de agua jabonosa entre una vasta región de pompas de jabón. Finos filamentos de material intergaláctico se extienden entre estos supercúmulos, creando una red cósmica de materia.
Gran parte de esta red está ionizada, por lo que debería crear campos magnéticos intergalácticos grandes pero débiles. Al menos esa es la teoría. Los astrónomos no han podido observar estos campos magnéticos de rejilla. pero un nuevo estudio hizo las primeras observaciones.
No podemos detectar directamente campos magnéticos a miles de millones de años luz de distancia. En cambio, los observamos a través de sus efectos sobre las partículas cargadas. Cuando los electrones y otras partículas giran en espiral a lo largo de las líneas del campo magnético, emiten luz de radio.
Al mapear esta señal de radio, los astrónomos pueden mapear los campos magnéticos galácticos. Pero los filamentos de la red cósmica son tan difusos que la luz de radio que emiten es muy débil. Demasiado débil para ser detectado fácilmente. Y debido a que las galaxias cercanas crean señales de radio aún más fuertes, la señal web puede quedar ahogada por el ruido de radio galáctico.
Para superar este desafío, el equipo se centró en la luz polarizada por radio. Son emisiones de radio que tienen una orientación específica. Dado que la orientación está relacionada con la orientación general de un filamento, el equipo pudo extraer más fácilmente esta señal del CRF.
Utilizaron datos de mapas de radio de todo el cielo, como la Encuesta global de medios magneto-iónicos, el Archivo heredado de Planck, el Conjunto de longitud de onda larga de Owens Valley y el Conjunto de campo ancho de Murchison. Al apilar estos datos y compararlos con los mapas del cómic web, el equipo confirmó la señal de radio polarizada emitida por la web.
Este resultado no es solo la primera detección de campos magnéticos de la red cósmica, sino también una fuerte evidencia de la existencia de ondas de choque en colisión dentro de los filamentos intergalácticos.
Estas ondas de choque se han observado en simulaciones por computadora de estructuras cósmicas, pero esta es la primera evidencia que respalda la idea de que estas características de simulación son precisas.
Este artículo fue publicado originalmente por Universo hoy. Leer el artículo original.
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