Las restricciones al espacio cívico en Venezuela siguen siendo motivo de preocupación, dijo el lunes la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
La oficina de Bachelet dijo que había documentado 97 incidentes de «estigmatización, criminalización y amenazas contra voces disidentes, particularmente contra la sociedad civil, los medios de comunicación y miembros de la oposición» desde junio de 2020 hasta mayo de 2021.
La gran mayoría de estos incidentes involucraron a personas acusadas penalmente de «formas legítimas de participación cívica», dijo Bachelet.
La detención de tres miembros de la ONG FundaRedes fue un «ejemplo preocupante» de este tipo de criminalización, dijo.
Javier Tarazona, director de la ONG FundaRedes, que fue la entidad más activa en denunciar abusos y actividades ilegales de grupos armados colombianos irregulares en Venezuela, y otros dos fueron acusados el sábado de discurso de odio, traición y terrorismo.
El informe también planteó preocupaciones sobre las condiciones en los centros de detención, el debido proceso y el acceso a los servicios básicos y pidió que las vacunas estén disponibles para todos.
«Pido que se garantice a todos los detenidos el acceso a alimentos, agua, saneamiento y atención médica adecuados», dijo Bachelet.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela emitió un comunicado en Twitter, afirmando que «de un puñado de presuntas denuncias de violaciones de derechos humanos, han hecho acusaciones no verificadas».
Dijo que el informe es parte de una «mentira construida para alimentar artificialmente un caso ante la Corte Penal Internacional, con el objetivo político de desestabilizar las instituciones democráticas del país».
El Alto Comisionado acogió con satisfacción algunas acciones que consideró un avance, incluidas las reformas policiales y judiciales, una tendencia a la baja en las presuntas muertes en protestas y operaciones de seguridad, y cierta mejora en la impunidad, destacando la condena de un oficial de policía que mató a un manifestante en 2017.
Señaló que el fiscal general de Venezuela había accedido a otorgar acceso a su oficina a los archivos relacionados con violaciones de derechos humanos.
(Con aportes de agencias)
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