La comunidad internacional debe superar el cansancio de Venezuela

La comunidad internacional debe superar el cansancio de Venezuela

El panorama político en Venezuela ha cambiado desde 2019 cuando terminó 50 países reconoció el gobierno interino de Juan Guaidó. En diciembre de 2022 se disolvió el gobierno interino y los cambios de gobierno en países como Brasil y Colombia, entre otros, llevaron a la reanudación de las relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro. Además, la postura de EE. UU. hacia el gobierno venezolano ha pasado de una estrategia de máxima presión a una que favorece las negociaciones y está abierta a aliviar las sanciones a cambio de cumplir ciertas condiciones. La emergencia humanitaria compleja en Venezuela, desde entonces reconocida internacionalmente como tal 2016tiene exhaustivo debido a medidas como sanciones financieras, así como sanciones petroleras, impuestas posteriormente por Estados Unidos y aún vigentes. Sin una transición pacífica y democrática, es poco probable que el país avance en la dirección correcta para superar la emergencia humanitaria y responder a las necesidades del pueblo venezolano.

El año 2019 no trajo consigo el deseado cambio de gobierno. Desde entonces, el impulso ha sido reemplazada por una «sensación de cansancio» internacional, caracterizada por la falta de interés y compromiso de recursos para promover una transición democrática. El panorama político puede haber cambiado en los últimos cuatro años, pero mucho permanece igual en Venezuela: violaciones de derechos humanos, corrupción, persecución de la disidencia, acceso limitado a la información y censura, ausencia del estado de derecho y un complejo contexto humanitario. emergencia que ha cesado y que sigue obligando a la gente a huir.

La fatiga es una reacción natural cuando los cambios deseados no ocurren o se retrasan indefinidamente. Sin embargo, es precisamente por el sufrimiento de los venezolanos que las circunstancias exigen una oposición unida y eficaz con una estrategia clara que involucre a todos los sectores de la sociedad. Está claro que el cambio político no conducirá automáticamente al fin de una crisis humanitaria que ha tenido efectos profundos y ha llevado al colapso de los servicios públicos, pero una transición democrática puede conducir al desmantelamiento de las estructuras de «gran corrupcion”, abordando la situación humanitaria de manera más efectiva, y haciéndolo desde una perspectiva de derechos humanos.

EL En realidad la dolarización de la economía y la relajación de los controles de precios anteriores han tenido algunos efectos positivos en la economía. Pero la economía está lejos de recuperarse. Durante los primeros cuatro meses del año, la inflación alcanzó 86,7% y el ENCOVI La encuesta 2022 realizada por la Universidad Católica Andrés Bello muestra cómo se ha profundizado la desigualdad en el último año. El ingreso per cápita del decil más rico fue 70 veces mayor que el del decil más pobre. El estudio también muestra que casi el 40 por ciento de los hogares con mayores ingresos están ubicados en Caracas, aunque sólo el 16 por ciento de los hogares del país se concentran en la capital. Según la plataforma HumVenezuela19 millones de personas tienen necesidades humanitarias y al menos 14 millones enfrentan inseguridad alimentaria severa o moderada.

Si bien no existe una definición universal, las emergencias humanitarias complejas comparten las siguientes características:

  1. Son causados ​​por una serie de circunstancias sociales, económicas y políticas que han conducido a una ruptura de autoridad o falta de capacidad institucional para responder adecuadamente a la situación.
  2. Requieren una respuesta de múltiples partes interesadas, incluida la asistencia internacional.
  3. La gravedad y complejidad de los factores que impulsan la emergencia se prolongan en el tiempo.

Organizaciones de la sociedad civil venezolana como Civil subrayaron que estas tres características están presentes desde al menos 2015. Relevante literatura apoya la idea de que las emergencias humanitarias complejas tienen sus raíces en razones políticas, a diferencia, por ejemplo, de las emergencias causadas por desastres naturales. Es crucial reconocer hasta qué punto la política y la corrupción son fundamentales para la situación humanitaria en Venezuela. En otras palabras, sin una transición democrática, la crisis persistirá y millones de vidas se verán afectadas.

Por lo tanto, superar el cansancio nacional e internacional debe ser una prioridad. En este contexto, tanto las negociaciones con el gobierno de Maduro como los procesos electorales pueden funcionar en paralelo para contribuir al objetivo general de poner fin a la crisis humanitaria. La oposición debe encontrar un terreno común y una estrategia común que reúna el apoyo del pueblo venezolano en torno al objetivo común de recuperar la democracia.

A pesar de desafíos obvios como el resignación de todos los miembros del Consejo Nacional Electoral, las primarias nacionales que se realizarán en octubre de 2023 siguen siendo una oportunidad para unir a los partidos de oposición y ganar apoyo internacional. Este camino hacia las elecciones presidenciales de 2024 debe servir como un medio para generar apoyo en todo el país antes de las elecciones legislativas, regionales y locales de 2025. 2025 presenta la mayor oportunidad de democratización del país. Pero debemos actuar ahora.

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