En marzo del año pasado me operaron del ligamento cruzado anterior. No sabía si podría volver a jugar. Tengo mucho desgaste de las articulaciones, lo que me ha hecho dudar mucho de mi recuperación.
Enfrentarme a la perspectiva de tener que retirarme del fútbol con solo 30 años me hizo pensar mucho. Tenía dolor y constantemente pensaba para mis adentros: ¿Qué haré ahora? Esa pregunta finalmente fue el detonante que me hizo hacer algo que realmente quería hacer y que había estado postergando.
Estudiar siempre ha sido importante para mí. Por suerte hasta los 20 años tuve un entrenador que siempre nos animaba a estudiar. Toda esa etapa de mi formación la hice en el equipo de la Universidad Central de Venezuela. Por supuesto, una de las cosas que promovieron fue la educación.
Pero cuando me fui a jugar al extranjero, cuando me hice profesional y me seleccionaron para jugar con mi país, se me hizo muy difícil seguir estudiando. De hecho, dejé la carrera de estudios internacionales en el quinto semestre porque mi sueño era ser futbolista profesional y me fui a jugar a Colombia.
Pensamos que el fútbol va a durar mucho, así que nos decimos que lo haremos más tarde. Pero en realidad solemos olvidarnos de estudiar hasta que nos pasa algo a los jugadores, como me pasó a mí. Empecé a arrepentirme de no terminar la carrera, de no estudiar un poco más. Pensé que si me preparaba un poco más, tendría más oportunidades si tenía que retirarme.
Por suerte, tuve la oportunidad de empezar a trabajar como coordinadora de fútbol femenino en Unión de Jugadores de Venezuela, AUFPV. Fue allí donde descubrí el programa educativo organizado por la División Sudamericana de FIFPRO. Inmediatamente me interesé por el diploma universitario en gestión deportiva.
No podía creer que fuera gratis. Pensé: ¿cuál es el truco? Había buscado cursos en internet y eran caros. El fútbol femenino en Sudamérica ha mejorado mucho, pero los salarios en su mayoría son muy bajos. Si haces un curso de entrenador o gestión deportiva en Europa te puede costar 2.000 euros. Lo mismo ocurre con el derecho laboral o las finanzas. No podemos permitírnoslo. Así que cuando vi esta oportunidad, supe que no podía dejarla pasar.
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