(Reuters) – Colombia y Venezuela llegaron a un acuerdo para buscar los restos de las víctimas asesinadas por paramilitares durante el conflicto armado interno de Colombia y enterradas en Venezuela, dijo el martes el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
El acuerdo sigue a las recientes confesiones ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, dijo Petro.
La JEP se creó en virtud de un acuerdo de paz de 2016 con el ahora desmovilizado grupo rebelde FARC para juzgar a excombatientes y miembros de las fuerzas armadas.
«Haremos todo el trabajo que podamos con nuestro organismo que identifica expertos. Colombia tiene una historia en esto, experiencia», dijo Petro a los periodistas al margen de una cumbre de presidentes latinoamericanos en la capital de Brasil, Brasilia.
«Si Mancuso puede encontrar esas áreas, si realmente hay cuerpos allí, el Estado venezolano podría ayudarnos a devolver los restos a sus familias», agregó Petro.
El conflicto armado interno de Colombia ha durado casi seis décadas, matando a cientos de miles de personas y desplazando a millones más.
Decenas de miles han desaparecido durante el conflicto, librado entre rebeldes marxistas, tropas gubernamentales y paramilitares de derecha.
Varias víctimas colombianas asesinadas por paramilitares fueron enterradas en el lado venezolano de la frontera compartida de los países, dijo Petro, citando a Mancuso. Agregó que los entierros clandestinos ayudaron a encubrir el «genocidio» ocurrido en la región.
Los grupos paramilitares surgieron en la década de 1980, financiados por ganaderos, terratenientes, comerciantes y narcotraficantes deseosos de defenderse de los ataques de los grupos guerrilleros de izquierda.
Los grupos, acusados de abusos generalizados contra los derechos humanos, incluidos asesinatos, violaciones y torturas, se desmovilizaron en virtud de un acuerdo de paz durante el mandato del expresidente Álvaro Uribe, aunque muchos de sus miembros formaron posteriormente bandas criminales.
(Reporte de Oliver Griffin y Luis Jaime Acosta; Editado por David Gregorio)
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