Carta: Argentina y Brasil deben estar atentos al destino del «sucre» bolivariano.

Carta: Argentina y Brasil deben estar atentos al destino del «sucre» bolivariano.

La idea de que Brasil y Argentina se beneficiarían de una moneda única común en lugar de sus respectivas monedas de curso legal carece de fundamento («Surgen dudas sobre el plan ‘loco’ de la moneda común», Informe, 30 de enero). No tendría sentido que un país como Brasil, que tiene una tasa de inflación de precios al consumidor de 5,8 por ciento y $330 mil millones en reservas internacionales, ate su destino monetario a un país en incumplimiento serial como Argentina, donde la inflación anual es de 95 por ciento. ciento y que tiene menos de $10 mil millones de reservas internacionales netas.

En cambio, la discusión entre Brasil y Argentina se centró en la introducción de una «unidad de cuenta» destinada a facilitar y mejorar el comercio bilateral entre los dos países. Esta unidad de cuenta no serviría ni como medio de cambio ni como depósito de valor y, por lo tanto, no encajaría en la definición de moneda.

Un ejemplo de una unidad de cuenta que no es una moneda son los derechos especiales de giro del FMI. Pero la mejor comparación es el poco conocido Sucre, propuesto inicialmente por Cuba para facilitar el comercio transfronterizo entre los regímenes «bolivarianos» (Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela). Esa iniciativa pretendía liberar a esos países del yugo del dólar, no sólo porque los regímenes bolivarianos están antiamericanos por naturaleza, sino también porque la mayoría de estos países tienen reservas internacionales bajas y acceso limitado a financiamiento en dólares para sus importaciones. Desafortunadamente para ellos, la iniciativa fue un completo fracaso con solo unas pocas transacciones, y todas muy pequeñas, completadas.

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La razón de este fracaso es que dicho marco inevitablemente termina siendo una forma para que los países con bajas reservas y un déficit comercial obtengan préstamos baratos de aquellos con altas reservas y un superávit comercial. Y estos últimos tienen pocos incentivos para unirse a tal sistema, más allá quizás de una satisfacción ideológica.

Volviendo al Sur (nombre propuesto para la unidad de cuenta entre Brasil y Argentina), es muy probable que este proyecto tenga la misma suerte que el Sucre, y por las mismas razones.

En la conferencia de prensa, el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, y el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, sugirieron que la financiación del comercio estaría asegurada por un fondo de estabilización. Pero uno solo puede preguntarse cómo Argentina puede darse el lujo de alimentar tal fondo si su acceso a dólares es tan pobre. Desafortunadamente, darle un nombre diferente a un problema no ayuda a resolverlo.

Thierry Larose
Gerente de cartera, Vontobel
Zurich, Suiza

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